A nuestros compañeros docentes:
El compañero docente de Pergamino, brutalmente golpeado al inicio de esta semana, es un testimonio más de las terribles condiciones en las que trabajamos y del abandono cada vez más agudo de la educación pública por parte de este gobierno y sus predecesores.
La “inclusión” por el aumento de matrícula en las escuelas, de la que tanto hace autobombo el kirchnerismo, se revela (a través de este caso y de muchos otros que no son mediatizados) como una falacia, si la misma no va acompañada de la inversión presupuestaria necesaria para que sea real y no un mero discurso.
Las escuelas, sin infraestructura adecuada, sin recursos materiales ni pedagógicos, con insuficientes gabinetes y equipos de orientación escolar, falta de preceptores y con docentes agobiados por las enormes cantidades de horas que nos vemos obligados a trabajar para llegar a fin de mes, se convierten en caldo de cultivo para que situaciones de violencia como ésta se generen una y otra vez.
Nosotros creemos que es válido expresar nuestra indignación ante los hechos ocurridos en Pergamino y ante todo debemos manifestar toda nuestra solidaridad con el compañero agredido, ya que es víctima de las pésimas condiciones en las que debemos desarrollar nuestro trabajo, y de las cuales son también víctimas los estudiantes. Pero llamamos la atención a no quedar pegados con campañas que desvirtúan el sentido de nuestra bronca.
Este no es un hecho que debe ser resuelto por la vía represiva. La violencia en la sociedad está generada por innumerables causas: la injusticia, la desigualdad, la brutalidad de las jornadas de trabajo, la capacidad de consumo como medida de valor de las personas, la riqueza concentrada en pocas manos. En este sistema desigual, la primera violencia se ejerce desde el Estado, sobre todo en los barrios de laburantes. Hoy, en pleno operativo centinela, los chicos de las escuelas cuentan cómo son verdugueados por la gendarmería todos los fines de semana. Sabemos también que las fuerzas de seguridad asesinan a una persona cada 28 horas en casos de “gatillo fácil”.
Por otra parte, llama la atención, además, que cuando la policía federal apaleó, reprimió y encarceló a los docentes santacruceños que protestaban frente al ministerio de trabajo, las mismas burocracias sindicales docentes que hoy llaman a parar y solidarizarse, no hicieron nada en aquel momento. Ahí también hubo compañeros de trabajo golpeados y por el mismo estado que nos emplea.
También tenemos que tener alerta ante las campañas mediáticas que siempre sitúan la violencia en los sectores más empobrecidos del pueblo. No nos prestemos a condenar a la población de barrios populares. Nosotros, que hemos elegido trabajar en las escuelas públicas, donde asisten los hijos de trabajadores como nosotros, debemos defender la escuela, pero también a los chicos que son nuestros alumnos y que muchas veces se encuentran en situaciones de marginalidad que ellos no eligieron.
Debemos ser claros en la necesidad de un aumento presupuestario, en que haya condiciones dignas de trabajo y estudio, sueldos iguales a la canasta familiar por un solo cargo, más docentes por escuelas, más equipos de orientación escolar, que ayuden a trabajar con padres y alumnos de otra forma para evitar estas situaciones, todas cuestiones que debemos exigírselas al estado en primerísimo lugar. Las burocracias de SUTEBA y FEB no impulsan planes de lucha por estos reclamos justos y genuinos y se ajustan a los gobiernos provincial y nacional que desfinancian la educación pública y beneficia a la educación privada y religiosa.
Por último, llamamos a reflexionar sobre lo siguiente: esta bronca, que hoy se solidariza con el compañero golpeado, debemos extenderse ante cada hecho de represión, ante cada golpiza que reciben nuestros alumnos por parte de las fuerzas represivas, ante cada trabajador procesado por luchar. Para que no sea un mera reacción ante el bombardeo mediático y sí una decisión consciente de solidaridad con todos los trabajadores.
Fraternalmente,
TRABAJADORES DOCENTES de BASE – Lista ROJA
SUTEBA Lanús
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